Muchos pensamos que sentarse juntos durante la comida es un elemento de cohesión familiar y social y a la vez una buen elemento de educación de nuestros hijos y nietos. Es este el espacio de reunión, de la tertulia y del reposo familiar en el cual no sólo debemos dar importancia a la forma de coger los cubiertos, sino a valores más fundamentales como el qué el joven tenga su iniciativa por ceder la fruta que le gusta más a un hermano o a un invitado, o a saber escuchar y no interrumpir con voz fuerte o esperarse a levantarse de la silla hasta que todos hayan acabado. Paciencia, generosidad y esfuerzo quedan bien patentes sencillos ejemplos de la convivencia cotidia.
Algunos recordamos el argumento de la película “El festín de Babette”, de la escritora danesa Karen Blixen, interpretada genialmente por aquellos comensales que no sabiendo ni el nombre de lo que comen (menos el coronel) van suavizando sus formas de hablar, se duelen de haber enojado a los demás y se llena toda la mesa de miradas de complicidad, de perdón, de amor y de agradecimiento a las dos hermanas que han quedado solteras para ocuparse de la comunidad que los había legado su padre difunto. Para Babette la cocina es un arte con el cual es capaz de otorgar la felicidad a las personas que disfrutan de sus platos.
¡Que conveniente es en la actualidad no olvidar la mesa! Las prisas por el trabajo y por las dificultades que nos surgen cada día podrían ir arrinconando el encuentro diario familiar, fuente de descanso y de comunicación. A muchos, debido a la carencia de tiempo, nos resulta muy práctico tomar alimentos de la nevera y en plan rápido – todo debe ser rápido –, comer desordenadamente con los consecuentes problemas de salud, normales cuando se vive sin poder recuperar fuerzas. Es un arte la cocina de muchas abuelas que transmiten las recetas tradicionales a sus hijos y nietos con la seguridad de que la memoria de los fogones y los platos típicos no se olvidarán; siempre habrá algún artista que tomará el relieve y que se ocupará que al menos en las celebraciones familiares “probemos” las recetas de la abuela y nos sentemos a la mesa, para dialogar.
Victoria Cardona Romeu
Escritora y orientadora familiar
Extraido de su libro Som avis (Mina 2008, grupo 62)